Cuando se quiere hacer un cambio significativo en la decoración de un salón es común que se comience pensando en los colores de las paredes. Es indiscutible la influencia de este paso en el resultado final y no siempre es tan sencillo como dejarse llevar por las tendencias o los patrones cromáticos que dicta un estilo decorativo, a veces es necesario pensar más allá de eso.
La decisión de qué gama de colores es la más adecuada debe ser considerada a partir de un estudio profundo del espacio, considerando elementos como el tamaño, la distribución, la luminosidad, el tipo de suelo, los muebles, accesorios y por supuesto los gustos personales.
Si quieres que tu salón se distinga por sus colores en este artículo puedes tomar algunas buenas ideas de salones que lo han logrado con éxito. Vale la pena tomarnos unos minutos y revisar nuestras opciones, así que acompáñanos.
En caso de sentirte inspirado para innovar un poco este salón puede darte la valentía que necesitas, ya que rompe con reglas archiconocidas como no utilizar más de 3 colores principales, no crear contrastes entre complementarios, etc. El verde es el color encargado de vestir las paredes, a partir del cual se integran otras tonalidades de azules, amarillos, rosas y marrones, creando un ambiente colorido pero con mucho sentido de unidad. El secreto está en encontrar una armonía entre los accesorios, muebles y demás objetos decorativos, de manera que se repitan los mismos patrones cromáticos en el conjunto. Los tonos neutros también ayudan a hacer una correcta transición entre las diferentes gamas de colores.
En este salón minimalista se consigue un ambiente tranquilo, fresco y natural, y esto es gracias a la combinación de colores elegida. El blanco puro que es el gran protagonista de estos espacios se ha utilizado como color base de las paredes, techos y suelos, combinándolo con el negro en el mobiliario y el verde como separador de ambientes, ambos en las dosis adecuadas para no perder la esencia del estilo. Sin duda una propuesta más atractiva que un salón totalmente monocromático o decorado solo en blanco y negro.
El verde es un color muy versátil y es por eso que está tan de moda en los ambientes modernos. Aquí tenemos otra decoración moderna que utiliza para las paredes un verde pistacho acompañado de un gris neutral, creando así un ambiente sobrio y sereno. En este caso también se utiliza el salto cromático como recurso para separar visualmente la zona que ocupa el salón, de la elegida para el comedor.
El azul en sus diferentes tonalidades se apodera de casi la totalidad de esta estancia, coloreando las paredes, los textiles de los cojines, las cortinas y butacas. El estilo antiguo del mobiliario y el estampado de los grandes cortinones marcan el carácter retro de este salón, que bien pudiera ser mucho más soso sino fuera por la presencia marcada de azul. El cambio que aporta este color a este espacio resulta fresco y acogedor, relajando un poco la formalidad de la decoración.
Si quieres apuntarte a la moda del uso de los colores llamativos, el rojo es de lo más demandados actualmente por la energía y el dinamismo que aporta. Eso sí, para que no resulte demasiado agobiante con una pared es más que suficiente, hay que tener cuidado de pasarse. En este salón se combina sabiamente con paredes en tonos grisáceos y blancos, además de mucha luz natural para que el espacio no luzca demasiado oscuro. En el resto de la decoración se utiliza también como color acento, marcando la importancia del sofá y determinados accesorios decorativos.
La paleta de colores neutros es de las más recomendadas para pintar el salón, ya que los beneficios desde el punto de vista decorativo son innumerables. El gris junto con el blanco es de los más populares en los ambientes modernos, fundamentalmente por ese carácter atemporal y sofisticado que tienen en conjunto. En este salón se combinan precisamente esos dos grandes de la decoración de interiores, creando un contraste cromático más que acertado. También se añaden algunas pinceladas de color en los textiles, lo cual rompe un poco con la seriedad de esta decoración realizada sobre una base de tonos neutros.
Y terminamos con otro salón que nos demuestra cómo contrastar de manera equilibrada paredes, muebles, cortinas y objetos decorativos. Las diferentes tonalidades de azules y verdes se combinan con el blanco de una manera muy natural para dar lugar a un salón alegre y acogedor, sin una pizca de exceso o sobrecarga visual. La creatividad ha contado mucho en esta decoración, así que no podemos tener miedo a experimentar si queremos un resultado igual de singular.