Aconsejar para la elección de los colores idóneos en materia de decoración no es una tarea fácil. Como todo en estética, pero aún más que en otros aspectos, los colores están muy definidos por el gusto personal de cada cual.
No obstante, la elección de los mismos resulta un aspecto de vital importancia para el éxito decorativo de cualquier lugar o recinto y si pueden resultar válidos un conjunto de claves o tips que ayudan al necesitado a elegir con más criterio, o al menos a facilitar su decisión.
Algunos de ellos los estaremos viendo en este artículo, que mayormente está enfocado en guiar al lector hacia la decisión de los colores idóneos para el salón de su casa, el lugar donde probablemente pase más tiempo cuando está en la misma, dada la cantidad de actividades que en él se pueden realizar.
Importante a la hora de seleccionar los colores para el salón de nuestro hogar resulta e estilo decorativo que queremos impregnarle al lugar. De esta forma, si eres de los encantados por el minimalismo, entonces debes apostar por colores neutros, blancos, negros y crudos. Si no fuera tu caso, porque ers más de Pop Art, entonces lógicamente te decantarás por tonos vivos, complementados por otros colores frecuentes como el rojo, verde y amarillo.
Esto hará luego más fácil la elección del mobiliario y otros complementos decorativos, los que deben ajustarse al color seleccionado para las paredes y elementos principales.
Por si no lo sabías, la luz es un elemento fundamental en la percepción de espacios y por ende en la decoración. La cantidad de ella que ingresa a un salón, lo puede hacer ver de mayor o menor tamaño al real, además de complementar y a veces hasta modificar los colores con los que está estilizado.
Por tanto, para un ambiente luminoso, potencia la entrada de luz natural y coloca para la noche fuentes serias de luz artificial. Además, ayúdate con colores claros que den sensación de luz y amplitud.
Si eres más de lo oscuro y lóbrego, a lo gótico, entonces deberás emplear colores oscuros para recrear un clima de profundidad y serenidad.
Sobre la luz artificial debemos agregar que en el salón no se recomienda sea intensa o directa, sino ajustada a las actividades que allí se realizan. Así, una luz difusa facilita un sitio tranquilo y acogedor, que define un ambiente más propicio para la lectura, el disfrute de una película en la TV, y una conversación amena entre familiares o amigos.
Para las combinaciones de color existen una serie de principios a seguir, con independencia del gusto personal de cada cual.
Por ejemplo, no es aconsejable adoptar tonos muy intensos como rojo y naranja, ni contraste fuertes en demasía, a base de colores complementarios. Como regla, guíate por la sugerencia de no emplear más de dos colores en las paredes del salón. Con esto evitarás las posibles fatigas visuales o sensaciones de agobio que los ambientes carnavalescos y sin sentido de la estética pueden generar en algunas personas.
Una alternativa para lograr contrastes es hacerlos con los objetos decorativos, complementos del salón y, por supuesto, el mobiliario.
Como alternativa garante de un éxito seguro te sugerimos una combinación de blanco, no en tonos puros, sino más bien rotos o sucios, lo que puedes conseguir tiñéndolo con un poquito de tinte negro u otro color, y colores intensos como un amarillo. El blanco actuará como neutralizante de la intensidad y recreará un ambiente sobrio, elegante y muy ameno.
No obstante, si no te basta con esta y quieres conocer un poco más de las posibles combinaciones de colores, existen muchas más que te las agruparemos brevemente en tres grupos para que te familiarices con ellas.
Un primer grupo son las combinaciones de gamas cálidas.
Estos colores, los cálidos, van del rojo al amarillo, y acorde a su nombre recrean espacios envolventes y acogedores. Sin embargo, corres el riesgo de pasarte en la intensidad de los tonos y provocar espacios fatigantes así que ten mucho cuidado. Las variantes más suaves y exitosas están basadas en color crema, tierra o arena.
Una segunda opción son las gamas frescas, basadas en colores fríos, los que a su vez se mueven entre el azul y el verde e incluyen tonos de aceptación popular como el lavanda, el verde manzana, el azul aguamarina y muchos más. Si apuestas por un ambiente distendido y alegre, esta puede que sea tu opción. No obstante, también tiene sus riesgos si se sobrepasan los tonos recomendados, por lo que existe una tercera vía, que es la menos arriesgada de todas y consiste en la combinación de gamas neutras.
No porque esta última sea la más clásica hay que desestimarla. Su éxito es seguro y para aquellos no tan experimentados o duchos en la elección del color resulta una alternativa funcional que también proporciona goce estético.
En este grupo están las combinaciones basadas en colores neutros como el blanco, en cualquiera de sus matices, ya sea beige, lino o almendra.
Las atmósferas que estas combinaciones recrean son apacibles, tranquilas y sosegadas.
Aunque le daremos a nuestro salón una identidad única con la ayuda de los colores y otros elementos, es importante que todo en la decoración de una casa sea coherente. Por tanto, como parte del proceso decorativo, vela por que los colores del salón puedan combinar con los de otros espacios de la casa.
En este punto la exigencia visual es menor, y los contrastes pueden resultar tan funcionales como la continuidad de un espacio a otro. No obstante, recuerda que la sobriedad suele ser más efectiva y agradable para la mayor parte de las personas que el escándalo, y esto aplica muchísimo también para la decoración.