Las puertas automáticas se han convertido en equipos que se usan ampliamente para ofrecer un mayor confort a las personas. Estas abren sin necesidad de accionar mecanismos físicos, por lo que son parte importante en los planes de accesibilidad en las ciudades.
Igualmente, se ha demostrado que el uso de puertas automáticas mejora la experiencia de compra de los clientes en locales comerciales. Por esto, cada vez se incorporan en edificaciones de uso público o comercial, contando con sensores especiales que detectan la presencia de las personas.
Estos sensores funcionan con mecanismos de detección de radiación o movimiento que envía la señal a un receptor encargado de permitir el paso. Hay distintos tipos de sensores, por lo que antes de elegir una puerta automática, debes conocer sus características y funcionamiento, para decidir el que más se ajusta a tus necesidades.
Una de las grandes ventajas de las puertas automáticas, es que abren sin que se requiera accionar ningún dispositivo de forma física. Para esto, incorporan sensores capaces de detectar cuando se acerca una persona y activar el mecanismo de apertura.
Estos sensores funcionan de manera distinta, con base a los mecanismos de detección, siendo los más comunes:
Este dispositivo tiene la capacidad de medir la radiación electromagnética de tipo infrarrojo que emiten los cuerpos dentro de su campo de visión. Para esto, incluyen piezas piroeléctricas que perciben la radiación y componentes que filtran radiación contaminante, como la solar.
Los que se incorporan en las puertas automáticas son del tipo activo, los cuales van comprobando constantemente la radiación en su campo de acción. Cuentan con un emisor, siendo común el uso de un diodo LED infrarrojo, el cual genera una señal que va rebotando en los objetos a su alrededor.
La señal va a un receptor calibrado para considerar normales ciertos valores, por lo que al recibir medidas que salen de los parámetros, dispara una serie de acciones. En el caso de las puertas automáticas, se activa su apertura por el tiempo programado en el cerebro electrónico del sistema.
Estos son sensores capaces de detectar el movimiento en su campo de acción, por lo que accionan el mecanismo para la apertura de la puerta. Los mismos emiten, de manera constante, una serie de ondas en una frecuencia definida, que se reflejan en los objetos a su alrededor.
Cuando las ondas vuelven al sensor, el mismo es capaz de detectar si tienen una frecuencia igual a la emitida o estas han variado. Al percibir un cambio, lo asocia con un movimiento y envía una señal al mecanismo de apertura.
Los sensores de microondas tienen capacidad de diferenciar las frecuencias que se acercan o alejan del campo de acción. Cuando perciben una señal de acercamiento, abren la puerta y si el objeto se aleja, activan el mecanismo de cierre de la misma.
En su mecanismo incorporan una antena, la cual se dirige a los distintos objetos cercanos al mismo y un transmisor que suele emitir en una frecuencia de 1 GHz. Se suelen colocar en la hoja de la puerta y suelen estar conectados a un software encargado de controlar el mecanismo de apertura y cierre.
En aquellas áreas donde el flujo de personas es muy variable, se suelen colocar sensores que combinan ambas tecnologías. Así, el sistema de microondas es capaz de detectar cuando se acerca un tráfico más grande de personas o la distancia a la que estas se encuentran, de manera que abre la puerta en el momento justo en que se encuentran cerca.
Esto tiene la ventaja de que las puertas permanecen abiertas por menos tiempo, con lo que se mejora la eficiencia energética de la edificación. La detección es unidireccional y controla el tiempo de apertura según el tráfico de cada momento.
Por su parte, la tecnología de infrarrojo aporta seguridad al sistema de apertura y cierre, debido a que capta con mayor fidelidad la cercanía de los objetos. De esta forma, se reducen los riesgos de accidentes por el cierre a destiempo de la puerta.
Va a depender en gran medida del tráfico que reciba la puerta, su ubicación y el presupuesto que tengas disponible:
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El desarrollo de los sensores, ha permitido mejorar la seguridad y comodidad tanto en las viviendas como edificios públicos y comerciales. La incorporación de los sensores le otorga una serie de ventajas, como: